Hoy en la cafetería estaba todo normal. Tranquilo dirían algunos, demasiado silenciosos dirían otros. Hasta que ha entrado una persona hablando por el móvil.
Y debía de tener algún problema que resolver, porque además de que hablaba más bien alto, se le veía un poco alterado. No sé si el problema será tan grave como lo de que se acabará el café por el cambio climático, pero por ahí debe de andar, porque se le veía ansioso.
Lo digo porque en un momento ha dicho la siguiente frase: «Sólo de imaginármelo me quedo paralizado«, mientras sujetaba su cabeza con la mano apoyado en la barra. Al otro lado del teléfono la otra persona debería de estar intentado tranquilizarle, pero no funcionaba en absoluto.
Fíjate qué frase más interesante:
«Sólo de imaginarmelo me quedo paralizado»
Esta es la forma en la que esta persona consigue quedarse paralizada. Y de hecho yo creo que es un sistema muy bueno para quedarse paralizado y sin recursos. Funciona muy bien con bastante gente. De hecho lo he vuelto a probar hoy. Mientras me tomaba mi café me he puesto a imaginarme que la leche estaba estropeada, y que me provocaba una reacción fortísima en el cuerpo que me dejaba secuelas para toda la vida…
Como me lo he imaginado muy muy real, casi me dejo el café ahí mismo.
He dicho: «casi»…
Este método de imaginarse lo peor puede ser útil en ciertos momentos y contextos, pero si el efecto que tiene es que reduce tus habilidades para afrontar una situación como un concierto, entonces no es nada útil. Si antes de un concierto importante utilizas este método, pues tus habilidades se reducirán, lo cual no parece especialmente interesante. Si cuando piensas acerca de iniciar una carrera como solista utilizas este método, tu determinación probablemente se reducirá.
Prueba esto:
Piensa en una situación en la que tú sabes que tienes las habilidades necesarias, pero que al pensar sobre ello te sientes mal cuando imaginas el peor escenario posible. Algo como no pasar una audición, un concierto importante para ti, etc…
¿Lo tienes?
Ahora coge esa imagen catástrofe que tienes en tu mente y hazla más pequeña, y aléjala poco a poco. Hasta el punto de que casi no la veas. Desde ahí, prueba a mover esa imagen detrás, arriba, a la izquierda, etc… y déjala en el punto en el que esa imagen, o lo que quede de ella, ya no produzca el efecto que producía antes.
Viendo esa imagen como la ves ahora, ¿Qué tal?
Cuando utilizas ésta y otras metodologías, puedes eliminar el bloqueo emocional de la anticipación de desastres, que es uno de los siete bloqueos del músico clásico que causa el miedo escénico.
Te va un ejemplo. Un trombonista majísimo, J.M, que lo cuenta así:
«Un cambio total, 100% el resultado es excepcional, el cambio fue espectacular.
He notado una inmensa mejoría. Ir de casa al local de ensayo antes era un calvario para mi. Que si voy a fallar, que si voy a temblar, que me mirarían al fallar… Eso ha desaparecido. A la música ahora voy a disfrutar y desde mi atril lo veo todo normal, sin miedo ni nervios.
Por cierto, este músico también notó cambios positivos con las personas de su entorno diario, como la mayoría de músicos clásicos que superan el miedo escénico. Pero esa es otra historia que será contada en otra ocasión.
Nos vemos,
Joseba